01. QUIMEY NEUQUÉN

Letra: Milton Aguilar (Bajada del Agrio, Nqn)

Música: Marcelo Berbel (P. Huincul, Nqn)

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02. QUE VA A PASAR UN OBRERO

Letra y Música: Eduardo Guajardo (Río Turbio – Santa Cruz)

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03. SOMUNCURÁ

Letra y Música: Martín Jara (Balsa Las Perlas – Río Negro)

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04. CHAMARRITA DE FACÓN GRANDE

Letra y Música: Celedonio “Chele” Díaz (Esquel – Chubut)

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05. EL PRESIDIO

Letra y Música: Wálter Buscemi (Río Grande – Tierra del Fuego) (Ver letra)

06. HABLO DEL HOMBRE COMÚN

Letra y Música: Héctor “Gato” Ossés (Perito Moreno – Santa Cruz)

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07. ADÓNDE PATAGONIA

Letra y Música: Sergio Castro (Villa María – Córdoba)

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08. BUSCANDO UN BUEN LUGAR

Letra y Música: Daniel Colucci (El Bolsón – Río Negro)

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BUSCANDO UN BUEN LUGAR

Letra y Música: Daniel Colucci (El Bolsón – Río Negro)

HABLO DEL HOMBRE COMÚN

Letra y Música: Héctor “Gato” Ossés (Perito Moreno – Santa Cruz)

1. QUIMEY NEUQUÉN

Flor de los arenales,
regada en sangre del bravo Sayhueque,
grito que está volviendo,
en tu desbocado potro pehuenche.

Del cielo en la honda noche,
se oye del viento la serenata,
tupos la luna prende,
en la negra cimba de mi araucana.

Aguas que van, quieren volver,
río arriba en el canto aprendido,
neuquén quimey,
quimey neuquén.

Ya madura el silencio,
por el agreste vientre de tus bardas,
quiere rayén dormirse,
tiemblan sus entrañas enamoradas.

Sol que se está gastando,
en piedras lajas y turbias corrientes,
besó la sombra india,
que vuelve crecida de un sueño verde.

Aguas que van, quieren volver,
río arriba en el canto aprendido,
neuquén quimey,
quimey neuquén.

2. QUE VA A PASAR UN OBRERO

Reptando en los socavones,
mezclando el día y la noche,
qué extraña forma de vida,
nacer otra vez cada día, nacer otra vez cada día.

Oscuros rostros que miran,
su triste y breve rutina,
que se hace llanto en recuerdos,
y canto se hace en el vino, y canto se hace en el vino.

La viuda los vio seguro,
pasear por todos los frentes,
varones de cuño duro,
heridos siempre de muerte.

A ver si se saca el sombrero señor,
que va a pasar un obrero,
a ver si se saca el sombrero señor,
que va a pasar un minero,
el hombre que partió el silencio en el sur,
el hombre que fundó mi pueblo.

Qué habrá sido de esas vidas,
que se escaparon un día,
qué habrán de pensar ahora,
que no sirvió su partida, que no sirvió su partida.

Que no es posible el lamento,
que nos redime el dolor,
marchamos con nuestros muertos,
somos fruto de su amor.

A ver si se saca el sombrero señor,
que va a pasar un obrero,
a ver si se saca el sombrero señor,
que va a pasar un minero,
el hombre que partió el silencio en el sur,
el hombre que fundó mi pueblo.

3. SOMUNCURÁ

Suena que suena, una inmensidad,
basalto y greda, están rodeándola.
Arriero el viento, va despeinándola,
pueblos de adobe, abrazándola.

Aquí durmió el tiempo antes de empezar.
Quiero entregarme a tu soledad.

Rueda que rueda y trae leyendas,
rastros de piedra, que no regresan.
Cuenta el silencio, su fortaleza,
historias de loncos, que no se entregan.

¡Qué sola estás, Somuncurá!
Rodando va, Somuncurá,
¡Qué sola estás, Somuncurá!
Rodando va, Somuncurá.
¡Corre que corre!
¡Suena que suena!
¡Rueda que rueda!

“Piedra que habla,
piedra que suena,
las cosas pasan
para la gente que vive allí”.

4. CHAMARRITA DE FACÓN GRANDE

Nadie sabe cuándo vino,
pero sí cuándo murió,
dicen que fue en Jaramillo,
donde la muerte lo halló.

Dicen que vino del norte,
dicen no es que diga yo,
solo sé que fusilado,
junto a los peones cayó.

Era carrero y famoso,
lo mentaban por demás,
del río Chico hasta el Coyle,
del Deseado a San Julián.

Le decían Facón Grande,
porque igual que el corazón,
era el cuchillo que usaba,
pa´no pelear sin razón.

Era un hombre de esta tierra,
lo había quemado el son,
del viento santacruceño,
al paisano José Font.

Se quedó por estos pagos,
porque tenía que hallar,
su destino en cuatro balas,
defendiendo un ideal.

Y en la huelga del veintiuno,
fue compañero a la par,
de paisanos sin salario,
que peleaban por el pan.

De rabia lo fusilaron,
al huelguista José Font,
su sangre regó la tierra,
de este suelo patagón.

Le decían Facón Grande,
porque igual que el corazón,
era el cuchillo que usaba,
pa´no pelear sin razón.

5. EL PRESIDIO

Mirando el canal tras de las rejas,
desangro otro amanecer entre los cerros,
no importa la razón . . . ya estoy aquí,
y mis ojos te recorren en silencio.

Cada mañana en que el sol me sorprende,
agradezco de vivir un día nuevo,
y espero que la vida me regale,
la alegría de pasar un nuevo invierno.

No tengo más familia que el vagón,
del trencito que me lleva hasta los cerros,
a talar y desmontar todos los días,
un poquito más de mis recuerdos.

El mendrugo que me da el carcelero,
es lo que queda de mí en esta celda,
y es mi esperanza mayor de prisionero,
que nunca más a nadie esto suceda.

Porque el sufrimiento del hombre por el hombre,
no es motivo para fundar soberanía,
porque el amor sin una chance no es amor,
y no es ejemplo este dolor ni mi agonía.

¿Por qué tengo que matar un árbol,
por qué debo destruir tanta belleza?,
si por algo igual me condenaron,
y hoy volver a matar es mi condena.

Las paredes donde cuento paso a paso,
los días que le quedan a mi destino,
son testigos de cuanto me ayudaste,
sin tu belleza no hubiese sobrevivido.

Y cuando pasen los años y el tiempo,
estos muros agrietados y enmohecidos,
te dirán de lo mucho que te he amado,
porque vos me ayudaste a seguir vivo.

“Y en las mañanas y las tardes,
cuando veas esas rejas sin destino,
sabrás yo nunca quise lastimarte,
no fui yo madre tierra fue el presidio”.

¿Por qué tengo que matar un árbol,
por qué debo destruir tanta belleza?,
si por algo igual me condenaron,
y hoy volver a matar es mi condena,
si por algo igual me condenaron,
y hoy volver a matar es mi condena.

6. HABLO DEL HOMBRE COMÚN

Hablo del hombre común,
simple barro con aliento,
que es un cántaro de amor,
y es barro y es alfarero.

Es ese que va tiñendo,
la urdimbre de la historia,
el que abre golpe a golpe,
la senda hasta la victoria.

No importa si tiene un hacha,
un fusil una paloma,
un papel una herramienta,
o tiene las manos solas,
tiñe con sangre los hilos,
de la urdimbre de la historia.

Hablo también de lo diario,
de la reja para adentro,
de multiplicar el pan,
y beber en el desierto.

Establecer un sonido,
y vibrar a un mismo tiempo,
el que no sabe escuchar,
no puede oír el silencio.

Por eso quiero cantar,
el valor del compañero,
y hablo del hombre común,
simple barro con aliento,
simple barro con aliento.

7. ADÓNDE PATAGONIA

Ya lo ves,
aquí la Patagonia huérfana en el sur,
en esta sensación de soledad marrón,
parece tan pequeña ante la adversidad,
que llena de cenizas a su corazón.

Ya lo ves,
aquí la Patagonia tiene que sufrir,
que el vientre de su tierra no pueda parir,
que se lleven toda su sangre mineral,
y encima el viento traiga esta ceniza gris.

Ya lo ves,
la Patagonia al sur la patria más allá,
los puertos como gaviotas mirando al mar,
la Patagonia al sur la patria quiere acá.

Ya lo ves,
aquí la Patagonia tiene que sufrir,
encima la violencia de un trágico Abril,
que mata a su maestro en una ruta gris,
el viento volverá palomas en Abril.

Ya lo ves,
la Patagonia al sur levanta al sur la voz,
si el hambre duerme a pie en la ruta 22,
la Patagonia al sur despierta un nuevo sol,
un nuevo sol.

8. BUSCANDO UN BUEN LUGAR

Tal vez te sorprendas una tarde,
viajando hacia la cordillera,
con ese sol cayéndose,
entre los montes que te esperan.

En cada kilómetro que pase,
la gran ciudad será un recuerdo,
con sus horarios sus oficinas,
con su antesala del infierno.

Buscando un buen lugar,
en la cima de algún cerro,
para ver mejor y contemplar,
aquel valle de los sueños,
para que en las noches puedas,
caer entre las estrellas.

Tal vez en la ruta vos encuentres,
a un mochilero haciendo dedo,
un caminante sin más pertenencias,
que su mochila y sus creencias.

Y dirán que hay paisajes sin fronteras,
que aman andar por los caminos,
que siempre alguien te enseña algo,
que es posible un paraíso.

Buscando un buen lugar,
en la cima de algún cerro,
para ver mejor y contemplar,
aquel valle de los sueños,
para que en las noches puedas,
caer entre las estrellas.

Y cuando al fin llegue la hora,
en la que separen sus destinos,
dirán un gracias por la confianza,
será hasta el próximo camino.

Su marca deja el viento en la montaña,
su marca deja el río sobre el suelo,
cada lugar cada sendero,
deja su marca en los viajeros.

Buscando un buen lugar,
en la cima de algún cerro,
para ver mejor y contemplar,
aquel valle de los sueños,
para que en las noches puedas,
caer entre las estrellas.